COMUNICACIONES FICC 2025
Sogamoso,
13 de octubre de 2025. Este domingo, la capital de la Provincia de Sugamuxi
palpitó al ritmo de tiples, guitarras y requintos. En medio de la algarabía
cotidiana del Centro Comercial Iwoka, el Festival Internacional de la Cultura
Campesina (FICC) transformó un espacio de paso en un escenario lleno de vida,
música y orgullo boyacense.
Desde
las primeras notas, el ambiente se impregnó de la calidez que solo la música
campesina puede despertar. Familias enteras se detuvieron a escuchar, los niños
se acercaron curiosos y los adultos sonrieron al reconocer en los acordes de la
carranga los sonidos de sus raíces. Así comenzó una tarde de homenaje al alma
del campo, donde todo nace.
El
público disfrutó de un repertorio variado que mezcló tradición y alegría. Son
del Altiplano, con su energía contagiosa, abrió el encuentro con
interpretaciones llenas de autenticidad; seguidamente, Cadiván llenó el lugar
con su voz campesina y el sabor de la montaña; y el grupo Laurentino y Los que
Son aportaron el toque festivo que hizo aplaudir y zapatear a todos los
presentes.
El
gran cierre estuvo a cargo de La Carranguerita, quien, con su carisma y
espontaneidad, encendió el espíritu de la fiesta e hizo una invitación especial
a aprovechar la variada programación del FICC, que está llegando a muchos
municipios con un intercambio cultural y apoyando el talento local.
Cada
agrupación trajo consigo una historia: hombres y mujeres que, desde su
experiencia artística, mantienen viva la esencia del campesino boyacense. Sus
canciones narraron el amor por la tierra, el trabajo diario y la alegría
sencilla que florece entre surcos y montañas. En cada melodía se sintió la
unión entre lo tradicional y lo contemporáneo, entre el pasado que honra y el
presente que canta.
Uno
de los momentos más emotivos fue la competencia de baile infantil, en la que
los niños participaron con toda la actitud, demostrando que las tradiciones se
heredan y brillan más cuando nacen del corazón. Los ganadores fueron premiados
en medio de la ovación del público, y cada pequeño se llevó consigo el recuerdo
de haber formado parte de una celebración donde la cultura se vive por todo lo
alto.
Entre
la multitud, la emoción era visible. Ángela Barrera, una de las asistentes,
expresó su gratitud por estos espectáculos que llenan de vida la ciudad:
“Presencié
un acto muy bonito, lleno de alegría y cultura para vivir en familia. Estas
cosas son muy bonitas, que las propongan acá en la ciudad para el sano
esparcimiento y para reavivar nuestra cultura boyacense”, comentó.
Las
palabras de Ángela reflejan el sentir colectivo: el deseo de que la cultura
esté más cerca de la gente, que la música campesina suene en los parques, en
las calles y, por qué no, en los centros comerciales, recordando que el arte
tiene su propio lugar.
Los
niños, protagonistas indiscutibles de la jornada, también compartieron su voz.
Emili, una pequeña, se acercó y, con la frescura de la infancia, diciendo: “La
cultura de acá es chévere. Vengan a Colombia, que Colombia les trae un regalo
muy grande. Es Sogamoso. Acá los esperamos”.
Su
mensaje, sencillo pero poderoso, fue un recordatorio de que el futuro de la
cultura está en ellos: en sus ganas por aprender, en su alegría por bailar y en
su amor por lo propio.
El
Festival Internacional de la Cultura Campesina (FICC) sigue su camino por los
municipios boyacenses, sembrando arte y despertando orgullo de lo que somos
porque, cuando suena la carranga y se levanta el campo.