Al rescate de los caminos reales o veredales

El SENA, junto con las administraciones municipales, deberían hacer un proyecto de recuperación de estos caminos veredales y así contribuir con la promoción del turismo a través del senderismo. (Foto Ruta & Guía).

Por Reinaldo Meneses Quintero - Ingeniero Civil -UN-

Chicamocha News – abril de 2022

Las vías de comunicación entre veredas y regiones rurales de Colombia han sido los caminos denominados "Reales, veredales o callejuelas", muchos de ellos existentes desde tiempos inmemoriales, probablemente desde la colonia y siempre han sido patrimonio cultural y físico de las comunidades.

En la independencia, los caminos eran las carreteras de la época por donde circulaban los ejércitos libertadores, recuas de mulas con las mercancías, esta tendencia persistió hasta finales del siglo XX cuando fueron reemplazados por las carreteras veredales o carreteables, en muchos casos particulares hasta las fincas o predios rurales.

Al hablar de reemplazados, no quiere decir que dejan de prestar su servicio, sino que en buena parte los vehículos automotores reemplazaron en alto porcentaje sus funciones; sin embargo, al ser patrimonio de la sociedad, siempre serán propiedad de las comunidades en cabeza de las administraciones municipales, razón por la que las Alcaldías y gobiernos municipales apropian recursos todos los años para su mantenimiento y conservación.

Se ha vuelto práctica perversa el que al poseer vías vehiculares los propietarios de los predios se apropian de estos caminos o callejuelas y los integran a sus fincas como propiedad privada, impidiendo la movilidad y acceso a otras fincas que los requieran o a la comunidad de a pie con animales de tiro o cuando se requiere trasladar ganado o semovientes.

Al ser estos caminos patrimonio municipal, las alcaldías, en representación de la comunidad y para justificar los recursos destinados a mantenimiento de caminos, debería recuperarlos en su totalidad e impedir su apropiación parcial o total, se entiende como apropiación la instalación de cercados y cimientos que impiden la libre movilidad, en otros casos corren los cimientos o alambrados para apropiarse de parte de estos.

Estos hechos han sido más recurrentes en los últimos cincuenta años, a tal punto que muchos caminos son totalmente inviables porque han sido interrumpidos, desaparecidos o estrechados, a tal punto que si se requiere convertirlos en vehiculares es imposible.

Esto es un llamado a las administraciones Municipales para que por favor hagan un inventario y recuperen la movilidad plena como era en la antigüedad, pues estas vías son públicas y comunitarias y nunca deben pasar a manos de particulares, aunque posean vías vehiculares que debieron ser construidas con anuencia o recursos oficiales y ya han valorizado los precios de las fincas como para pensar que los caminos que invaden compensen la afectación de la vía.

En Santander son muy famosos los caminos construidos en el siglo XIX, antes del advenimiento de los carros, por un legendario alemán de apellido Lengerke, que para nuestra topografía venían siendo las carreteras de la época, siendo el epicentro de esta red el municipio de Zapatoca y sus alrededores, constituyéndose actualmente en patrimonio de la nación. Pasaban también por Santander el camino real de Bolívar que comunicaba a Caracas con Bogotá, Quito y Lima, lo mismo que el llamado "Camino de los chiscanos", que comprende la travesía El Mortiño – El Portillo – Berlín, que comunicaba las comarcas de Boyacá y Santander con la costa Atlántica.

Actualmente agencias turísticas, en especial de Europa, vienen promoviendo prácticas de senderismo en los municipios colombianos, para rescatar esta tradición y hacer turismo de paisajes, avistamiento de aves y aventura por estos caminos; los municipios interesados pueden ser partícipes de estos planes siempre y cuando tengan continuidad en sus caminos y así usufructuar estos proyectos.

La provincia de García Rovira tiene entre sus programas el desarrollo de la actividad turística, a tal punto que la sede del SENA en la ciudad de Málaga se llama Centro Agroempresarial y Turístico de los Andes, (CATA), por lo que para ser consistente con este propósito tenemos que rescatar nuestros caminos veredales que deberían ser parte de este programa.

Precisamente el SENA, junto con las administraciones municipales, deberían hacer un proyecto de recuperación de estos caminos veredales y así contribuir con la promoción del turismo a través del senderismo en la provincia de García Rovira en Santander, Norte y Gutiérrez en Boyacá.


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