“La mosca de la ruina campesina - Parte II”

"El potencial de los cebos y trampas localmente sostenibles contra la mosca de la fruta mediterránea Ceratitis capitata en Bolivia": Importante documento base ya existente.

Por Reinaldo Meneses Quintero – Ingeniero Civil UN.

Ante la gravedad de la situación que estamos viviendo los cultivadores de fruta de Colombia y en especial los durazneros de Boyacá, Santander y Norte de Santander, compartimos los aspectos más importantes de un documento surgido de una investigación adelantada por instituciones y universidades de Suecia y Bolivia e instituciones de EEUU, Austria y Bolivia, para proveer a los campesinos de escasos recursos de herramientas y cebos para el trampeo y captura de moscas de la fruta en programas de supresión, para certificar fincas exportadoras y así acceder a mercados internacionales a precios competitivos y rentables en este tipo de emprendimientos.

El documento lo titularon "El potencial de los cebos y trampas localmente sostenibles contra la mosca de la fruta mediterránea Ceratitis capitata en Bolivia"

En el primer documento publicado en la edición anterior, mencionamos el problema que originó el estudio que no es otro que las afectaciones a los cultivos de frutales, especialmente durazneros, en comunidades de Bolivia y cuyo control es demasiado oneroso para la precaria condición económica de los agricultores que hacen muy poco atractivo su control, por lo que se proponen controles con insumos de bajo costo y fácilmente adquiribles por los campesinos, para su monitoreo y control. Situación similar a la de nuestras comunidades. Cualquier parecido con nuestra situación no es coincidencia. A continuación, algunos aspectos de interés. (El documento es muy extenso para publicarlo en su totalidad).

"Para controlar la mosca mediterránea y otros tefrítidos, son comúnmente usados sustratos de fermentación e hidrolizados de proteína. Estas sustancias atrayentes constituyen una fuente importante de energía y aminoácidos, necesarios para la maduración sexual y oviposición (Plácido-Silva et al., 2005). Las estrategias en el control temprano de los tefrítidos emplean productos como los cebos de azucares fermentados, levadura y subproductos de la industria del licor, tales como levadura de cerveza y otros relacionados, proteína modificada por hidrólisis (proteínas hidrolizadas) y soluciones de amonio entre otros (Epsky et al., 2014a), las que fueron usadas por separado o en combinación con cebos en formulaciones de captura masiva o de atracción y sacrificio (Benelli et al., 2014). Productos a base de proteína gruesa en forma de levadura hidrolizada (como la levadura Torula), u otros productos proteicos (ceratrap, Biolure, Buminal), junto con cebos tóxicos (tales como "GF120", utilizando Spinosad Down Agroscience), son vendidos comercialmente y son pilares en el control de la mosca de la fruta (Epsky et al., 2014a). Sin embargo, el alto grado de especies no-objetivo que son atraídas, y que incluyen insectos benéficos, tales como las abejas, avispas y crisopos, hacen cuestionable su uso, particularmente en programas extendidos de atracción y sacrificio. Para hacer los cebos más específicos, los investigadores han identificado componentes activos de los alimentos atrayentes, por ejemplo, el amoníaco (Mazor, 2009), una combinación de acetato de amonio (que libera amoníaco) y putrescina con o sin trimetilamina (Epsky et al. 2014 a; Heath et. al., 1997), vendidos como BioLure y 3C Biolure, respectivamente".

Se menciona la dificultad de acceder a estos insumos, "porque además de su amplio espectro de acción, estos productos pueden no ser favorables para los pequeños agricultores en grandes partes del mundo, ya sea por ser muy costosos o porque no están disponibles."

"Esta situación ha provocado que los agricultores hayan incrementado el uso de pesticidas con limitado soporte técnico acerca de su eficacia, dosis y efectos laterales (Senasag, 2010). Actualmente no se usa el control ni la captura masiva con productos comerciales debido a los costos antes mencionados y asuntos de disponibilidad (Aluja and Rull, 2009). En cambio, algunos agricultores han desarrollado actividades de monitoreo usando productos locales como atrayentes, incluyendo entre estos, jugos de fruta, melazas diluidas, vinagre, productos fermentados y residuos de cervecería. Se han usado como trampas botellas plásticas desechables (Mendoza García, 2009). Sin embargo, no existen recomendaciones o protocolos con respecto al tipo de trampa, la densidad del trampeo, las clases de cebos y protocolos de mantenimiento de las trampas (Senasag, 2010). La falta de evidencias y acciones concertadas que apoyen un manejo integrado de plagas (IPM) en la región disminuye la oportunidad para un control exitoso de la plaga. El primer paso hacia una acción concertada y estandarizada será el desarrollo e implementación de un cebo y una trampa, utilizando materiales disponibles localmente. La atención de las investigaciones debe dirigirse entonces al desarrollo de un cebo disponible localmente que provea a los cultivadores de una trampa de valor asequible, ya sea para el monitoreo o para el control directo (Epsky et al., 2014a; Figueroa, 2005; Navarro-Llopis y Vacas, 2014)."

Metodología

Test de laboratorio.

Insectos: Se estableció una colonia de C. Capitata, obtenida de la IAEA (Agencia Internacional de Energía Atómica, Austria). Para ensayos de laboratorio, se utilizaron hembras apareadas de 8 días. Se hicieron pruebas de cría y comportamiento en condiciones ambientales controladas (25-27°C, 60%-70% R.H., L: D 12:12).

Olfatómetro de dos opciones con trampa "mini-McPhail": Se armó un diseño que constaba de una vitrina de acrílico con dos trampas para moscas, hechas con un contenedor plástico con embudo invertido en el fondo, parecido a una trampa "McPhail". La caja tenía un hueco por un lado con una manga para liberar la mosca (Figura 1-A). Un tubo Emppendorf de 1.5 ml con un papel filtro de 2 (cm2) cargado con 50 μl de solución atrayente fue puesto dentro de la trampa, mientras el otro contenía un tubo vacío para control. En la parte superior una fuente de luz mayor a 500 lumens (>500 lux) proveía la iluminación al conjunto. Las hembras o los machos apareados de 8 a 10 días de edad fueron sometidos a una inanición de 24 horas con acceso a agua antes del experimento. 15 individuos fueron liberados dentro de la estructura. Luego de 30 minutos se contaron las moscas halladas en las dos trampas y las que no ingresaron a ellas y se cambió la posición de la trampa. Se probaron cinco productos como atrayentes: (1) Levadura Torula 15 gr/l (SUSBIN tm, Quemar SRL, Mendoza, Argentina) (2) Chicha, una bebida alcohólica a base de maíz germinado que se produce localmente. (3) Biofrut, 200ml/l (Proteína hidrolizada a base de soya, marca PROBIOMA, Santa Cruz, Bolivia). (4) Cultivo de caldo de levadura para hornear (Fleishmann ™, Ind. Venado, La Paz, Bolivia): 20 gr de levadura + 20 gr de azúcar en un litro de agua. (5) Melaza de azúcar de caña, 50 gr/l. Cada día se realizaban al menos seis pruebas, incluyendo un control positivo por medio de la solución de levadura Torula en ambas trampas para verificar la simetría en la instalación. Las trampas eran muy bien limpiadas con etanol entre los experimentos.

Evaluación de las trampas caseras en campo

Usamos el atrayente más efectivo en la captura de mosca mediterránea desde los primeros ensayos (chicha) para diseñar trampas plásticas usando materiales disponibles localmente. Las trampas fueron diseñadas para incrementar la especificidad y duración de el cebo de chicha. Las Tephritrap además de capturar grandes cantidades, capturaron también muchos insectos no-objetivo incluyendo insectos grandes como polillas nocturnas, escarabajos e insectos benéficos tales como avispas de papel, abejas y crisopos, los cuales se descompusieron rápidamente en la chicha. Esto se debió primeramente a los agujeros grandes de entrada a la trampa (1.8 cm de diámetro) los cuales permitían también que las moscas mediterráneas escaparan.

Para abordar estos asuntos se diseñaron nuevos prototipos de trampas usando la amplia disponibilidad de botellas plásticas de pereftalato de polietileno (PET). Las trampas diseñadas tuvieron en cuenta los siguientes principios: a) protección del cebo (chicha) de la descomposición, b) incrementar la selectividad usando hoyos de entrada más pequeños (0,7 mm de diámetro), c) incrementar la eficiencia en la captura y evitar la descomposición en el agua proveyendo un cámara de captura superior, d) diseño de fácil elaboración y bajo costo con materia l disponible (Tan et al., 2014). Con estos lineamientos en mente, se diseñaron y probaron 6 prototipos. (Ver figura).

En la próxima entrega les daremos a conocer los resultados y las conclusiones de este importante proceso en busca de la protección de la fruticultura en Colombia. 

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