COMUNICACIONES FICC 2025
Sogamoso,
12 de octubre de 2025. El eco de las guitarras, los tiples y las voces
campesinas se sintió esta mañana en la antigua Cámara de Comercio de Sogamoso,
donde el Festival Internacional de la Cultura Campesina (FICC) realizó una
jornada dedicada a la música carranguera, la palabra y la memoria del campo. En
este escenario, lleno de historia y tradición, se reunieron abuelos, jóvenes y
amantes de la cultura popular para aprender, recordar y cantar juntos los
sonidos que identifican a Boyacá y su gente.
El
encuentro inició con el Taller de Música Campesina y Carranguera, dirigido por
los maestros Álvaro Suesca, Juan Miguel Sosa y Faber Grajales, reconocidos por
su trayectoria y profundo conocimiento de la música tradicional. Entre cuerdas
afinadas y sonrisas cómplices, los asistentes exploraron los ritmos que nacen
del alma campesina: torbellinos, guabinas, pasillos, entre otros géneros que,
más allá de la melodía, cuentan historias de vida, trabajo y amor por la
tierra.
Cada
nota resonó como una conversación entre generaciones: los maestros compartían
anécdotas mientras los asistentes respondían con recuerdos. Así, entre melodías
y palabras, se tejió una mañana de aprendizaje y celebración, asegurando que la
música campesina no solo se escucha: se siente en la piel, se trabaja con las manos
y se hereda en el corazón.
Posteriormente,
la jornada continuó con el Taller de Creación de Textos, un espacio donde la
palabra se volvió canto y la escritura se transformó en copla. En medio de este
ambiente de aprendizaje, los participantes construyeron versos que conformaron
una copla campesina inspirada en la identidad y el amor por el campo.
El
cierre fue un momento cargado de emoción: el público, reunido en círculo,
entonó la copla creada minutos antes, acompañado por los acordes alegres de los
músicos. En cada voz se escuchaba la alegría de ser parte de una experiencia
única que unió la palabra, la música y la raíz campesina, recordando que el
arte popular es, ante todo, una expresión de la comunidad.
Durante
el taller, don José Eugenio Hernández Rojas, uno de los asistentes, compartió
unas palabras que dieron sentido al propósito del encuentro:
“Muy
interesante el recorrido histórico que se hace de la tradición a nivel
universal, desde África hasta nuestra amada Colombia, para comprender de dónde
viene ese torbellino, esa guabina, esas cantas. Se trata de rescatar nuestra
cultura campesina y que nuestros campesinos vivan con arte y alegría, que es el
fin último, el cual está en nuestra presencia, en esta tierra hermosa. Gracias
por este evento”, dijo.
Sus
palabras dieron respuesta al sentido del Festival Internacional de la Cultura
Campesina, enmarcado en las artes y oficios: un espacio que busca hermanar el
arte con las comunidades rurales, fortalecer sus saberes y reconocer en la
cultura campesina una fuente inagotable de identidad y belleza.
En
Sogamoso, la llamada Ciudad del Sol y del Acero, el arte hizo parte, esta vez,
de lo más humano y sencillo: la música compartida, la palabra sentida y la
emoción colectiva de quienes entienden que en el campo no solo se trabaja;
también se canta y se celebra.
Así,
el Festival Internacional de la Cultura Campesina continúa promoviendo el
encuentro entre artistas y comunidades, y recordando que la cultura campesina
es el corazón que mantiene viva la historia del campo, donde todo nace.



