El incendio destruyó el hábitat de especies como el oso andino, el puma y el cóndor
El responsable podría ser desterrado durante 12 años como medida de castigo por el daño ambiental ocasionado.
Textos y fotos entreojos.co
Domingo, 24 febrero de 2019.- La muerte de un oso de anteojos en agosto de 2018 en el resguardo Valle del Sol, en Saravena (Arauca), y los dos incendios forestales que acabaron con 2.329 hectáreas en la Vereda El Tabor de Güicán (Boyacá), entre el 5 y el 18 de febrero de 2019, tienen como denominadores comunes al Parque Nacional Natural El Cocuy y a la comunidad indígena U`wa.
En el primer caso, quien acabó con la vida del oso fue un nativo identificado como Raimundo. Por su condición de aborigen la sanción por el delito contra la fauna silvestre la impartieron los mayores de su etnia y consistió en distanciarlo de su familia y hacer trabajos comunitarios.
En el incendio registrado en Güicán de la Sierra, entreojos.co conoció que las llamas que comprometieron la vegetación de bosque alto andino y de páramo se originaron en una quema controlada iniciada por un habitante U`wa que alistaba la tierra para el desarrollo de labores agrícolas.
Al interior del Parque Nacional Natural El Cocuy, en jurisdicción de Güicán de la Sierra, se encuentran los cabildos U`wa de Bachira y Bócota y fue allí donde comenzó la conflagración. Jhon Blanco, alcalde de Güicán, así lo confirmó y aseguró que las quemas controladas son una práctica común entre los indígenas como parte de las rutinas para la siembra de maíz.
Esta tradición riñe con la restricción que existe al interior del Parque Nacional Natural El Cocuy de adelantar quemas de este tipo o fogatas recreativas, sin embargo, a pesar del daño causado, el responsable no tendría que rendir cuentas ante la justicia ordinaria, de acuerdo con lo contemplado por la legislación colombiana en relación con la autonomía de los pueblos indígenas.
Lorenzo Caballero Cristancho, representante de la comunidad U`wa ante el Consejo Directivo de Corpoboyacá, admitió que el integrante de su pueblo cometió una falta grave y que por ello podría ser conminado al destierro, lejos de su familia, por un tiempo aproximado de 12 años. La decisión será tomada en las próximas semanas por las autoridades de la Asociación de Cabildos Indígenas U`wa.
También se conoció que una Unidad Especializada en Delitos Ambientales de la Fiscalía General de la Nación asumió la indagación del caso para determinar la magnitud del impacto sobre los recursos naturales y la posibilidad de que la persona implicada pueda ser llevada ante la justicia ordinaria.
Por la gravedad de los hechos, el Comité de Gestión del Riesgo de Güicán de la Sierra envió una comunicación a la Asociación U`wa para pedirle que prohíba a sus miembros realizar quemas controladas.
Daño severo
El primer incendio fue reportado el 5 de febrero. Ese día la administración del Parque Nacional Natural El Cocuy fue informada de la presencia de humo y llamas en el resguardo unido U`wa. De inmediato se despachó una comisión que tardó ocho horas en llegar al sitio Valvuena de la vereda Tabor y allí fueron testigos de la afectación al bosque y al páramo.
Por la distancia y la dificultad para tener comunicación telefónica o de radio, solo hasta el 7 de febrero, dos días después de la salida de la comisión, fue posible confirmar la magnitud de la emergencia y pedir la activación del Comité Municipal de Gestión del Riesgo que con sus unidades inició el desplazamiento para el control de las llamas. Al final, el balance resultó desalentador: 2.129 hectáreas comprometidas.
El 14 de febrero se recibió una nueva alerta. En esta ocasión el fuego revivió en los sectores conocidos como Los Bancos y el Alto del Oso y quemó 200 hectáreas. Bomberos, funcionarios del Parque y miembros del pueblo U`wa acudieron al lugar para controlar la conflagración y el 18 de febrero la lluvia ayudó a extinguirla.
En total, esta quema controlada que se salió de control en un área restringida para este tipo de prácticas como el Parque Natural El Cocuy, destruyó 2.329 hectáreas que tardarán muchos años en restablecerse.
Fauna y flora afectada
En un reporte elaborado por personal del Parque Nacional Natural El Cocuy se concluye que los ecosistemas destruidos por las llamas servían de hábitat a especies como el oso de anteojos, el puma, el ocelote, el guache, el guartinajo, el águila de páramo, el conejo de páramo y el cóndor, entre otras.
De las especies de vegetación nativa consumidas por el fuego están mortiño manzano, hojarasco o cucharo grande, chilco, zarza, mora silvestre, frailejón, encenillo, cucharo pequeño, palo blanco bobo, musgo, castilleja, higuerón, escobo, romero, espino, panque pentacalia, reventadera, paja, cadillo alpargatero, cadillo común, llantén, diente de león y tinto.
Octavio Erazo, jefe del Parque Natural El Cocuy, informó en los próximos días se hará una evaluación detallada de la zona comprometida para determinar las acciones de restauración que deberán emprenderse. La valoración estará a cargo de una comisión del Parque y de personal de Corpoboyacá, la Alcaldía de Güicán, la Gobernación, el Instituto Humboldt y la UPTC.