Los artistas locales, nacionales e internacionales, tuvieron la oportunidad de compartir los escenarios del FIC y transformar su visión gracias al efecto del intercambio cultural.
La participación de 1977 artistas boyacenses fue exaltada durante la última versión del Festival Internacional de la Cultura. Sin embargo, un elemento clave de este importante evento depende del intercambio cultural generado gracias al apoyo de los artistas internacionales, quienes deciden dejar por un tiempo su territorio para llegar a un nuevo público y compartir con colegas afines a sus intereses dentro del mundo de las artes. La cuota internacional fue cubierta por parte de los artistas de 14 países, quienes mostraron todo el interés por compartir sus experiencias y aprender sobre la cultura boyacense. Además, un punto clave del proceso del FIC fue la vinculación de mujeres que se han animado a participar desde diferentes disciplinas y que mejor ejemplo de resiliencia e inclusión que las autoras, puesto que el campo de la literatura aún es hostil con las mujeres. En este punto, se tuvo la oportunidad de dialogar con una excelente representante de los aspectos mencionados: la licenciada en letras de la Universidad del Salvador de Buenos Aires, Lucía Vargas Caparroz. Esta escritora argentina nos comparte que se inspiró en las narraciones de su tía Patricia para escribir y contar sus propias historias. "Nuestro continente ha sufrido varios tipos de violencia y por ser del sur abordo mi viaje por Latinoamérica como mujer, mochileando sola; entonces desde este lugar de enunciación también trato de contar nuestro continente. Mi consejo es que escriban, que se animen a sacar eso que tienen adentro, que después todo lo que viene se da. La primera instancia debe estar conectada con la necesidad de decir todo lo que se puede contar en un país como Colombia, que es la apuesta que traigo desde mis talleres para llegar a habitar la escritura", expresa con esperanza Lucía.
Por último, cabe resaltar que este Festival Internacional contaba con una característica muy importante: el eje de la inclusión, el cual se vio reflejado con la apertura a nuevos conocimientos culturales, el homenaje a las etnias del Departamento de Boyacá (comunidades NARP y pueblos indígenas), el interés por premiar la gastronomía tradicional, la vinculación de niños, niñas y adolescentes con discapacidad en el FIIC Sin Límites y los concursos diseñados para que todos y todas participaran ('cortometráigalo sumercine' y 'circolimpiadas'). Sigamos contándole al mundo con orgullo que somos cultura, somos arte, somos boyacenses, somos familia, somos FIC.
