Apuleyo Sanabria, candidato a la Cámara por Boyacá.
En Colombia, la democracia se ha convertido en un sistema político exclusivamente representativo en el cual la participación de los ciudadanos quedó reducida al ejercicio manipulable del voto popular. Históricamente las vías de participación del pueblo en las decisiones del estado han sido estrechas, y la voluntad popular ha sido conducida por los intereses de las élites.
Las prácticas políticas de estos grupos dominantes fueron una de las peores herencias del sistema colonial de castas, que en la época republicana no se superó, por el contrario, las más rancias formas de dominio vinieron a convertirse en principio de organización de la sociedad republicana. Los partidos políticos derivaron en organizaciones clientelistas a través de los cuales los grupos hegemónicos legitimaron su lugar en la administración del estado y en la apropiación de los recursos públicos.
En la actual contienda electoral la crisis y el descrédito de los partidos quedaron en evidencia, y la opinión pública observó impávida cómo los varones políticos desechaban sus partidos y acudían al aval de las firmas para inscribir sus nombres como candidatos presidenciales. A este panorama se suman los continuos escándalos de corrupción que nos revelan que no son sucesos aislados, sino prácticas sistemáticas de nuestra clase política. Todo ello nos hace pensar que la democracia no puede sostenerse exclusivamente en la representación, puesto que las personas que resultan elegidas por el frágil y desganado voto popular están lejos de representar las necesidades y los sueños de la ciudadanía.
La política, como arte de crear instituciones debe renovarse, como también debemos renovar las formas de participación de las personas en la construcción del destino social. Las organizaciones de base, las justas de acción comunal, las agremiaciones de campesinos y de mujeres cabeza de familia, los estudiantes y en general los grupos sociales excluidos deben tener accionar político.
En este sentido, la candidatura de Apuleyo Sanabria a la cámara de representantes aspira a ser la voz de aquellos que no han sido escuchados; una voz que busca contribuir a la renovación de la política por la vía ética, por el respeto de los bienes públicos y la búsqueda de la equidad social. Invitamos a todos los sectores sociales a construir juntos un nuevo país. Un país que haga posibles los sueños de todos los que lo habitan.
